la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

jueves, 27 de agosto de 2015

Agua

Cómo decirte que todo lo que me gustaría contarte no puede resumirse en unas pocas líneas. 

Cómo explicarte que si a día de hoy mi corazón late tienes que tener claro que es por ti. Única y enteramente por y para ti. Desde ti. 
Tienes todos los derechos reservados sobre él. No lo malgastes. No lo malgastes porque el tiempo nos va a poner en nuestro lugar, amor mío. 

Vuelve. Vuelve aquí. Quédate conmigo. Regresa a casa. Déjame edificar mi casa en ubicación "tu mente" que tu corazón no tiene por qué enterarse. Que yo quiero vivir en los dos. Que tú eres mi hogar. 

Que esto es nuestro. 

Créeme. No hay nada más tuyo que mi existencia. Y no hay nada más mío que agradecerte el hecho de mantenerme en pie. En pie y todo lo estable posible. Y digo posible porque ya nos conocemos las montañas rusas mejor que todos los que inventaron parques de atracciones.

Es cierto que a menudo puedo tambalearme, hacer que estemos sobre un hilo a pie de un precipicio imposible de cruzar. Es cierto que a veces es posible que te falle, que apunte con una pistola un disparo directo a tu primer corazón (tu segundo es el mío). Que esté a punto de apretar el gatillo. Y después me ponga a mí en medio para salvarte. Nada, nada conmigo que nos mantendremos a flote. Nada conmigo porque no hay nada más bello que el agua. Nada porque aquí el que nada no se ahoga y elijo morir de mil maneras pero no así.

"Lo que no te mata te hace más fuerte." Ahora sé que he escogido bien mi fortaleza, que me va a mantener en la superficie aunque a veces mire hacia el fondo. 
Lo reconozco, tus brazos me han salvado más veces que las que he podido contar.
(has estado a punto de hacerle competencia al mismo mar)