la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

miércoles, 13 de julio de 2011

Dime, ¿cuántas veces tú por mi lloraste? ¿Cuántas veces repetí lo que me reprochaste?
Para ver el interior primero arranca la corteza y si está seca déjala que se humedezca.
Tengo la extraña sensación de no saber lo que pasa por mi cabeza, no es pereza, es saber que saldrá mal con certeza. Siento frío y a veces ya ni sonrío, incluso echo de menos aquello que sigue siendo mío. Sólo con mirarte sabes lo que estoy pensando. Todo tiene un precio en esta vida que me mata y que me ata. Es mi esencia, rozar el límite de la paciencia ya que no me faltan ganas para vencer a mi impotencia. Lo único que tengo claro es que te quiero y te juro que te soy sincera.

martes, 12 de julio de 2011

Promesas

Puedes prometerme el sol y la luna y también el mar y las estrellas. Puedes prometerme el cielo y el mundo entero. Incluso puedes prometerme el universo. Puedes prometerme seguridad, entrega, lealtad, amor y cariño. Puedes prometerme un viaje al infinito, juntos. Puedes prometerme subir a la torre más alta del mundo y caer en picado sin que me pase nada. Puedes prometerme trazar una línea y así borrar distancias. Puedes prometerme una vida a tu lado. Como prometerme, puedes prometerme tu vida. Pero, ¿cuántas promesas piensas cumplir?
Fin, punto y aparte, adiós para siempre. Lo peor es que no hay vuelta atrás. Se ha acabado todo. Estaría encantada de volver atrás, de volver a oír un te quiero  que venga de ti. Te dije que tenía miedo de perderte, de que se acabara todo esto en un abrir y cerrar de ojos. Me dijiste que era imposible, que iba en serio y que siempre por muchas cosas que pasaran íbamos a superarlo todo. Al fin y al cabo, solo son palabras y tan sólo mentían. Una mentira tuya más, una menos, ¡qué mas da! El caso es que ya es demasiado tarde. No queda nada. Jugaste a jugar conmigo y, una vez más, he vuelto a perder.
Ama hasta que te duela








si te duele, es buena señal

Esa sensación

de sentir mariposas, de volar a lo más alto, de que si te tiras desde un precipicio nada ni nadie te hará daño. Eso que se podría definir como tocar el cielo con las puntas de los dedos, como jugar con fuego o apostar para ganar. Aquello que te empuja a seguir adelante, a luchar, a enfrentarte a todo lo que se te pueda poner entre la persona y tú. Sí, la sensación de estar a tres metros sobre el cielo, ya me entiendes, hasta que algo rompe esa armonía y te encuentras a tres metros, pero bajo tierra. Bueno también se podría describir como que lo ves todo de rosa, que los problemas desaparecen con el viento, sí, cuando te enamoras. ¿Has pensado en alguna vez en las locuras que cometes cuando estás así? Claro, de ahí viene lo de "mira que hay tontos enamorados en este mundo..." Ahora creo que me puedes entender mejor, porque cuando te veo, siento todo esto a la vez, siento miedo de perderte, de que te alejes. Miedo de no volver a ser nadie para ti, pero a la vez, siento que a tu lado estoy segura y que voy a luchar para poder quedarme junto a ti mucho tiempo porque eres lo mejor que me ha pasado en la vida. 

miércoles, 6 de julio de 2011

Quiero que me oigas, sin juzgarme. Quiero que opines, sin aconsejarme. Quiero que confíes en mi, sin exigirme. Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mí. Quiero que me cuides, sin anularme. Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mí. Quiero que me abraces, sin asfixiarme. Quiero que me animes, sin empujarme. Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mí. Quiero que me protejas, sin mentiras. Quiero que te acerques, sin invadirme. Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten, que las aceptes y no pretendas cambiarlas. Quiero que sepas, que hoy, hoy puedes contar conmigo. Sin condiciones
Para todas aquellas personas a las que han hecho daño , decepcionado o mentido , saber que la gente se equivoca que somos humanos y cometemos errores, a veces las segundas oportunidades hacen falta , sobre todo si se quiere.

La felicidad

Un día me preguntaron que qué necesitaba para ser feliz, qué cosas quisiera tener para levantarme cada mañana con una sonrisa y pensar que la vida merecía la pena vivirla. Al principio pensé en cosas materiales, no te lo puedo negar, pero a medida que me iba comiendo la cabeza poco a poco, comprendí que esas cosas son pasajeras y que no las necesitaba para ser feliz. Así que abandoné mi idea de que con lo material se conseguía la felicidad. No pude responder a la pregunta y me rallé por ello. Tumbada en la cama me di cuenta de que la felicidad se basa en pequeños instantes que te dejan sin respiración, en recordar cosas que te han pasado con alguien que te ponen los pelos de punta, que no se compra con dinero ni con nada, simplemente, se consigue. Y solo entonces, comprendí que para ser feliz solo necesitaba una cosa, te necesitaba tener a mi lado, ser feliz contigo, pasar mil y un día con sus mil y una noches junto a ti, no sé, suena cursi, ¿verdad? Pero es que no lo puedo evitar, para ser feliz solo te necesito a ti.

martes, 5 de julio de 2011

Es verdad

No siempre me he comportado como debería, que no siempre te traté bien y como tú dices, tuviste que soportar más de una de las mías. Pero en el fondo, gracias a todo eso pude darme cuenta, tarde, pero mejor tarde que nunca, que no actué bien y cierto es que ahora me toque cargar con las consecuencias. ¿Sabes? Estoy segura de que no te creíste ni una de las palabras que te dije, que pensarás que son simples paranoias mías o que lo hice simplemente por fastidiarte otra vez, pero, te equivocas, para mí no son simples comeduras de cabeza, son como cargos de conciencia, como lo que son: un error que no puedo borrar. Te juro que si tuviese una única oportunidad para viajar en una máquina del tiempo al pasado y cambiar algo o mejorarlo no dudaría y volvería al día en el que ocurrió todo, al día en el que te perdí para siempre y reaccionaría de otra manera. No sé, fue mi error, no puedo deshacerme de él con un chasquido de dedos y he hecho ya todo lo posible para que las cosas cambiasen a pesar de que nunca conseguí nada.

bueno...

Quería decirte que esta será de las últimas veces que escriba algo para ti pero no porque ya pase de tu vida o de lo que te pueda ocurrir, nada que ver con eso. Esta va a ser una de las últimas porque creo que ya está bien, que ya he sufrido demasiado y que todo ha cambiado desde el día que te conocí, eso no te lo puedo negar. Pero a medida que iba pasando el tiempo los dos sabemos que las cosas iban saliendo de su curso, tú ya me entiendes. Créeme que me encantaría volver a tenerte a mi lado, volver a poder mirar esos ojos que tienes y volver a describirte como me enamoré de ti, pero; ya lo he aceptado, no estás a mi lado. Para mí fuiste mucho más que para lo que podrás ser para otras, está bien, eso puede decirlo cualquiera pero yo te lo he demostrado aunque no siempre como debería. Te he querido siempre, desde hace ya más de un año y lo he hecho a cerca de 700 kilómetros de distancia. Es increíble como pudieron pasar tantas cosas en tan poco tiempo y como luego, en tanto tiempo no pasó nada. No soy de esas que dicen: “sería mejor si no te hubiese conocido” porque de ti, ni si quiera pienso eso. Simplemente, tengo que aceptar que fuiste parte de mi vida
Vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa


No quiero que te vayas susúrrame al oído algo parecido a:
                          "siempre estaremos unidos"

viernes, 1 de julio de 2011

Cuando pierdes a una persona llegas a cmprender lo que te ha llegado a importar. Es solo entonces cuando te arrepientes, cuando quieres volver atrás y no sabes cómo, y, realemente no es que no lo sepas, es que no puedes meterte en una máquina del tiempo y regresar al pasado. Para bien o para mal, así es la vida. También cuando pierdes a alguien debes vivir con ese sentimiento de culpa, durante un tiempo o para siempre, hasta que reúnas el valor necesario para hablarle o lo consigue la persona que has perdido para escucharte, pensar y arreglarlo. No siempre es así. Depende de las personas, el momento y la gravedad del conflicto. Pero, pese a todo, a lo largo del tiempo aprendes a vivir con ese dolor, es como si te fueses consumiento y fuese desapareciendo el amor por esa persona y entonces, aprendes a valorarla. Está bien, no la olvidas, ni se va todo en un "zás"; pero aceptas ese orgullo en forma de distancia que os va separando
Si supieras lo que te he llegado a querer... te he llegado a querer tanto que he terminado odiándote. Todo lo que he tenido que aguantar por ti, todas las mentiras, esto no te lo voy a perdonar nunca. Y si te tengo que hundir solita, lo voy a hacer y si te tengo que joder la vida a distancia, también. Ya ves, del amor al odio hay solo un pase y tú te lo has ganado. Te vas a cagar cariño mío. Pero sabes lo peor? A pesar de todo, te quiero
 Libre. Entre todas las sensaciones, esa era sin duda la más fuerte, la libertad.
Me gustaría gritarle al mundo que para mí ya no existes, que no eres nadie en mi vida. Me encantaría poder decir que he sacado tu voz de mi cabeza, que tu imagen deja de estar en mis pensamientos. Quiero olvidarte, dejar de pensar en tus ojos, en esos días. Después de todo, cómo quisiera odiarte
Te quiero y hoy estoy más segura que nunca de ello. Gracias a un vídeo nos han explicado que da igual donde esté esa persona y que cuando la encuentres, probablemente lucharás por encontrarla como nunca antes habías hecho. Pues bien, me puse a reflexionar y me di cuenta de que mis sentimientos hacia ti jamás cambiaron, que nunca te olvidé aunque también es verdad que de poco me sirvió proponérmelo. En el fondo, eres como una droga, que es más bien un quiero pero no puedo que un puedo pero no quiero. Que cada minuto que estás ahí te siento tan cerca aunque físicamente estés tan lejos. Si te soy sincera, que digo, en esto no te miento: me da igual que estés en la otra punta del país, como si te quieres ir a la otra punta del mundo, jamás te sentiré lejos porque para mí siempre estarás en mi corazón, muy dentro mía. Quiero decirte que no me da igual con quien vas, que me preocupo de ti, de todo lo que haces, que a veces estás incluso antes que yo en mi lista de preocupaciones. Que si tengo que esperar otro año para estar a tu lado lo voy a hacer, que no tengo nada más importante que tú en mi vida. Que te quiero y que cuando te lo digo, lo hago porque lo siento aunque no me creas.