Tenías unas ganas de vivir que eran capaces de enamorar a cualquier suicida a punto de acabar consigo mismo para decidir morir terminando en ti.
Las palabras acaban siendo únicamente un conjunto de vocablos destinados a alguien, pero no siempre dispuestas a cumplirse. Te prometo que se me parte el alma cada vez que te veo besando a otra por la calle, Olvido. Por esa ruta que hicimos tantas veces, por esos besos que no me diste, por las espinas que escondías en cada uno de tus abrazos.
Capullo, florece.
Las palabras acaban siendo únicamente un conjunto de vocablos destinados a alguien, pero no siempre dispuestas a cumplirse. Te prometo que se me parte el alma cada vez que te veo besando a otra por la calle, Olvido. Por esa ruta que hicimos tantas veces, por esos besos que no me diste, por las espinas que escondías en cada uno de tus abrazos.
Capullo, florece.
Mi tumba sigue llena de flores de plástico dispuestas a marchitarse tras el primer rayo de sol. Mi cadáver se está conviertiendo en el hogar de todos aquellos gusanos que sólo saben gritar tu nombre. Gritan y no los escucho, Memoria, ¿acaso no te das cuenta de que llevo muerta desde el primer momento en el que pronunciaste la primera palabra que iba destinada a mí?
Que lo del vaso medio lleno o medio vacío, Melancolía, es algo que todos sabemos y pocos vemos. Y dime tú, ¿cómo estar vacía si estoy llena de nada? ¿Cómo estar llena si no tengo lo que muchos buscan cada madrugada? ¿Cómo coño me vas a ver a la mitad si eres ciega de nacimiento? ¿Por qué pretendes saber de mí si llevo sin dar señales de vida más de diecinueve años?
"Con cuántas personas estamos y con qué pocas somos", a cúantas personas decimos "te quiero" y con qué pocas lo sentimos.