la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

jueves, 8 de agosto de 2013

La putada más bonita.

Es increíble. Lo coges, esperas un puñado de horas, o de minutos en su defecto y tienes la oportunidad de aparecer en cualquier rincón del mundo.

Aún así, ¿de qué me sirve todo esto si esté donde esté tú nunca vas a volver a estar a mi lado? (Hablo como si algún día hubieses estado... Y mira que la ironía es bonita, ¿eh?) 
De todas formas hace ya tiempo que no creo en las oportunidades, ni en el cosquilleo que se siente en el estómago, ni en las mariposas y lo que eso conlleva. Ni en el amor, ni en el enamorarse.Me parece demasiado bonito destruirse poco a poco por una persona. Debí de elegir bien con quién hacerlo. Pero claro, en mi caso la elección me llegó demasiado rápido. Para cuando quise darme cuenta yo ya estaba calada hasta los huesos de ti, de alguna forma u otra. Y eso fue la putada más bonita que jamás me han hecho y espero que nunca más  me quede tan ciega como para volver a ella - te convertí en el centro de mi universo personal de dudas y ahora ha quedado reducido a un puñado de cenizas y a papeles con tachones y escritos sin nombre - 

Pero bueno, estábamos hablando de ese medio y no de ti, aunque esté relacionado contigo desde el principio hasta... hasta el irremediable y patético fin. Qué trágicos podemos hacer a veces los finales. 
De veras que necesité en más de una ocasión seguir las putas vías de un tren que me llevasen hasta cada uno de los lunares de tu espalda y a las pecas de tu cara y a tu boca y a tus besos . Que me dejase literalmente en ti, para por fin poder ser, contigo. (Ahora es cuando vuelvo a repetir que después de ti no quedó nada, pero eso ya lo sabes.) 
Seguir esas vías de tren que tantas veces lo separaron y que más de una vez tuvieron que unirnos.  Aunque nunca lo hicieran, ni lo harán. Seamos realistas, no existimos como tales y ninguno le echó el par de cojones suficientes. 
Y mira, hoy por hoy tú por mí no irías ni a la vuelta de la esquina y en fin, dejemóslo ahí. 
Yo, por mi parte, ya no derramo una lágrima al escribirte y supongo que eso es un paso. Un gran paso o una pequeña putada. Porque si te vas tú se me van las letras (y cómo no, se van contigo, son tuyas) y hasta que no encuentre un "algo" que me lleve a plasmar y desangrar y llorar sobre un folio... Pueden pasar muchas cosas. Es una situación complicada. Estas cosas no suelen ser fáciles, y menos si se trata de mí. 

Había una canción. Sonaba de fondo mientras escribía todo. Creo que sabes a la que me refiero. Y yo, que escribo como si algún día pudieras llegar a leerme, debo decirte que esto no es lo que parece. Que tan sólo es porque cada uno tiene sus motivos por los que seguir escribiendo y yo te tuve a ti. O creí tenerte o eso me gusta pensar. 
En fin, que, al menos para mí, la felicidad tuvo tu nombre y espero que como tal, tú lo seas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario