la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

jueves, 1 de agosto de 2013

Décima vez que adiós.

Me gustaría poder escribir sin que me tiemblen las piernas, se me acelere el pulso y se dilaten mis pupilas, sin que tu nombre se me venga a la cabeza cada vez que me pongo delante de un folio o de la pantalla del ordenador. Me gustaría, aunque no lo creas, y también quisiera tener la tranquilidad de despertarme una mañana y no hacerme la pregunta de: "¿qué pasaría ahora mismo si...?" [y a propósito dejo el sí en puntos suspensivos porque la imaginación es el arma más fuerte del ser humano así que cada uno con su pedo] o sin que se me venga a la mente un por qué sin ánimo de respuesta. 


Ya lo dijo Cortázar, cuántas palabras, cuántas nomenclaturas para un mismo desconcierto; nos queríamos en una dialéctica de imán y limadura, de ataque y defensa, de pelota y pared. O simulábamos hacerlo. 

Es obvio que no fue la suerte la que nos unió. Ella decidió mucho antes de que nos conociéramos no entrometerse en nuestro camino, nos dejó a nosotros eso de intentar que esto saliese y claro, no todas las personas saben cómo arreglar una máquina que se ha roto por razones evidentes...

...Pero claro, con nosotros hasta el viento estaba en contra. 

De sobra sé que todo esto son efectos colaterales de todo lo que ha significado tu marcha. 
En el fondo hasta te tengo que agradecer que me hayas hecho fuerte. (ahora a hija de puta no me va a ganar nadie)


PD: De verdad que estoy tratando de dejar de escribirte. Aunque conviene clarar que no te escribo a ti, escribo al resto pero claro.. no entenderías algo que ni yo misma sé cómo explicar. Déjalo, las explicaciones nunca se te dieron bien.

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