la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

domingo, 22 de abril de 2012

Se hizo eterno con cada palabra.

Ambos lo sabíamos. Nada es eterno, ni dura para siempre, ni acaba siendo temprano cuando es tarde. Era algo que día tras día, se iba apoderando poco a poco de nosotros. Ya no éramos los de hace unos meses. No había tanta fluidez entre los dos, no existía esa conexión que en un principio debió haber. Las verdades duelen, las mentiras aún más. Las apariencias engañan, ahí coincidimos todos pero las personas lo hacen con mayor maldad que las apariencias y tú, entre ellas. Me engañaste como a una tonta. Me hiciste creer tantas cosas, tantas promesas que desde un principio no pensabas cumplir. ¿Acaso para ti todo esto era un simple entretenimiento? Déjame que te diga que para mí, al menos, no fue así. Que me importabas. ¿Por qué estoy hablando en pasado? Me sigues importando y mucho. No entiendo muchas veces el cursar de las situaciones, el sentir de las personas y los sentimientos. Ya, a los sentimientos se la traemos bastante, pero que bastante floja. Y te lo digo por experiencia de cuando yo fui por ti solo eso, sentimientos. Te lo dije hace unos días, una persona no deja de ser importante o especial para ti de la noche a la mañana. Es teóricamente, prácticamente y esencialmente imposible. "Difícil de explicar, fácil de sentir", ¿recuerdas? Fuiste tú quién me dijo que, cuando estuviese a punto de llorar, recordara que siempre ibas a estar a mi lado, que me ibas a apoyar en todas las situaciones. SIEMPRE. Y fui yo la que te dije que iba a estar en tus buenas, en tus malas, en mis buenas y mis malas y, sobretodo, en nuestras buenas, nuestras malas y nuestras regulares. ¿Ves cuantas promesas se van con el tiempo? Ya no es por los recuerdos, ni por las ganas. Nada es suficiente cuando uno de los dos no quiere y es eso lo que falla. No vamos cuesta abajo y sin frenos. Ya nos estrellamos hace mucho, mucho tiempo.

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