la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

martes, 8 de enero de 2013

Algo más que cicatrices y nudillos rotos.

Dosis de masoquismo inyectadas en vena. Sin piedad, sin escrúpulos, sin que una sola lágrima recorra mis mejillas, ni se me humedezcan los ojos. Sin nada más que un lejano y amargo recuerdo, promesas rotas y palabras que se las ha llevado el viento porque han sido quemadas y convertidas en cenizas. 
Vacío, soledad; bueno, y fragmentos de ti. Sigues ahí en cada palabra, en cada línea que escribo, en cada golpe de tinta sobre el papel.
Silencio, ya no queda más que eso. Cada frase ha perdido su significado, es como si estuvieran incompletas, como si las tiñésemos de gris, gris oscuro, casi negro, algo así como si de la noche misma se tratara. Pero, ¿qué mas da eso ahora? Ya perdí la noción del tiempo. No hablo de días ni de noches, pues todo se pierde en un suspiro casi imperceptible. Le temo al sueño, a dormir sin ti e imaginarme contigo y despertarme otra vez sola, en mitad de mi "nada" particular, sudando, sollozando, gritando, echándote de menos. Es cierto, ya no existes y debo admitir que aún hoy dudo de tu efímera presencia en mi vida. 
Absurdo, ¿verdad? Recordarte  y destrozarme. En eso se resume todo.

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