la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

domingo, 25 de agosto de 2013

Besos entre golpes de tinta y papel.


Entre vasos, copas,  garrafones, excesos, lágrimas, sonrisas y toda una vida por delante. Y  caladas, éxtasis,  lsd, heroína, polvos, hachís, y setas con sensaciones. Y amaneceres prohibidos y noches robadas y besos entre golpes de tinta y papel. 
Cuando todo se basaba en noches de insomnio y mañanas de café.
 Antes, mucho antes de entrar en el juego donde 'tú conmigo' pero 'yo sin ti', apareciste de la nada para romperme todos los esquemas. Y cuando digo todos, me refiero a cada uno de los cimientos de las bases de los pilares de mi vida que, por aquel entonces, jamás pensé que sería tuya y no mía. 
Exactamente fue cuando todo estaba en calma, que no sé que te dio, pero apareciste otra vez y volvió contigo todo aquello que destruiste y los miles de pedazos en los que quedé descompuesta intentaron reunirse en un sinsentido de causalidad.  Vano sinsentido de causalidad.
Pero, ¿qué más dan ahora todos los golpes de suerte, casualidades o azar? 
Si ya volviste y desapareciste mil veces y acabaste conmigo mil y una. Te llevaste eso que creí mío y sólo dejaste como cambio dos cafés y una calada de las que parecen eternas. Pero claro, hasta el humo se disipa. 

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