la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

domingo, 9 de marzo de 2014

sólo vivimos en conciencias.


Mi amor, déjalo correr y deja que se vaya de una vez por todas. Esta incertidumbre ha acabado con los dos, por los dos.

Permíteme admitirte que ha(s) estado bien durante este tiempo pero ya es hora de abrir el grifo y dejar que fluyan las gotas que llevan escondidas las ganas.- nuestras ganas o las que quedan de ellas-. Las mimas gotas de la misma agua que han estado secando mi cabeza durante… qué sé yo. Sabes que perdí la noción de los días en el último portazo.
Pero el caso es que volvías. Siempre volvías. Efecto boomerang, podríamos llamarlo. Y acababas de partirme como si fueras un rayo de sol que aparece por primera vez en Primavera derritiendo todo el hielo que encuentra a su paso.

Yo, que sé que la decisión de alejarme de tu vida es la parte más complicada de la mía, he aceptado las consecuencias de haberlo estado pensando. Y qué le vamos a hacer si hasta los sentimientos están por la labor de llevarnos la contraria.

Vamos a ver, no es que estemos muertos pero debemos ser conscientes de que en la primera mirada tras la huida decidimos dejar atrás eso que dicen que es la vida para destruirnos hasta el último milímetro de eso otro que muchos llaman corazón.
Y sí, a partir de entonces acabaste conmigo, con mi vida y con mi sonrisa. Y abarcaste toda mi mente para terminar colándote en mi subconsciente justo después de calarte hasta más allá de mis huesos.
Bendita destrucción que me proporcionaste un día cualquiera de abril, o a principios de mayo.

Dejaste mi cuerpo inerte y te diste a la fuga sosteniendo en una mano un arma y en la otra, mi corazón. Desde entonces es tuyo. No te voy a pedir que lo cuides porque sé que lo troceaste al llegar a tu casa y lo tiraste por ahí. Y por ahí cerca debe seguir, yo ya no lo tengo; ni si quiera poseo intención de recuperarlo, total.. lleva tu nombre, no el mío. 

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