"Antes de demostrarle a los demás de lo que eres capaz, demuéstratelo a ti mismo"

No intentes demostrarle al mundo lo que vales, no intentes que los demás se fijen en ti, que seas el centro de atención de todos. No procures que los demás reconozcan tus aciertos, ni que vayan proclamando tus victorias. No actúes por lo que puedan pensar o por lo que puedan decirte. Haz las cosas por un motivo aún más importante que la simple opinión de las personas de tu alrededor. Hazlas por ti, porque quieres demostrarte algo a ti mismo. Confía en que cumplirás lo que te propongas porque tienes fe en ti, porque sabes que puedes conseguir lo que quieras si lo intentas. Ese es el truco, no intentes demostrarle nada al mundo si antes no te lo has podido demostrar a ti mismo. He ahí la clave. Las cosas no ocurren solas, requieren esfuerzo, práctica y concentración pero por mucho que los demás te digan que no puedes obtener el resultado que tú quieres en la vida, tú sabes que puedes hacerlo, de hecho, lo vas a hacer. Te picas porque es normal, porque la situación te lo pide, porque lo necesitas, en fin... por ese cúmulo de sensaciones. Antes de comenzar tienes esa cosquilleo que es igual al estar en una montaña rusa justo en el momento de caer por la mayor de las cuestas, la que mas curvas tiene y la que más empinada está, pero ¿qué haces? Sigues adelante, luchas por lo que quieres conseguir, defiendes lo que crees. Todo esto para hacerte consciente de lo que eres capaz, de que puedes obtener tus metas si tú quieres. Una vez más has conseguido demostrarte que tu pensamiento en ti influye más de lo que puede hacerlo el de los demás.