Si tuviese que elegir entre todos los días de mi vida un momento especial, escogería sin dudarlo alguno de los que pasé contigo. Fueron inolvidables pero, ya sabes lo que dicen, todo es efímero, pasajero e, incluso puede llegar a convertirse en algo opuesto. Aquí lo único que está claro es que nada volverá a ser como lo fue en un primer momento. No sabes lo que fastidia, no te haces una idea lo que duele tener que aceptar esta puta y jodida realidad. Quizás una de las cosas peores es que no puedo echarte nada en cara, ni si quiera encontrarte un puto defecto, joder es que has estado a mi lado hasta en mis peores momentos, cuando nadie ha podido permanecer junto a mí y sin embargo.. tu sonrisa, tus ganas, tu voz, tus ánimos, tu formas, tus idas, tus venidas... han estado ahí, qué digo, has estado siempre. Créeme, eso sí que es jodido. Saber que nunca me fallaste, tal vez se acabó eso que bueno, según dices y según digo, pudo existir entre nosotros; a pesar de que no te sacas de la cabeza a alguien de la noche a la mañana. Al menos yo no lo he conseguido. También debemos ser sinceros, es que me cuesta entenderlo, te lo reconozco. Parecía que ese "siempre" que ambos prometimos iba a convertirse en un tiempo ilimitado, pero la realidad demostraría algo completamente diferente, nunca llegamos a tener un futuro ni medio claro siquiera.
Dicen que no puede terminar algo que nunca empezó y que no puedes perder lo que nunca tuviste. Quizás sea esta la excepción que confirma la regla, viene a ser como perder lo que no es tuyo. Sí, eso de No puedes perder lo que nunca tuviste, no puedes mantener lo que no es tuyo y no puedes aferrarte a alguien que no quiere quedarse. Lo desafié por ti, por mí y por aquello que una vez tuvo que ser real.
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