la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

domingo, 9 de noviembre de 2014

incógnitas

Alargar la agonía hasta el extremo de querer morir en cada punto y final, en cada intersección, cada día, en cada respiración asistida por tu voz.
Los tiempos cambian, las cosas se supone que terminan. Pero, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo esta desesperación que no hace más que prolongar lo indefinido, lo indeciso, lo que ya está más que acabado pero queremos seguir manteniendo vivo? ¿Por qué? ¿Para qué?

La finalidad de hacer inmortal algo que proviene de dos mortales que fallecieron hace más de un año, y más de dos. La incertidumbre de ahogarse en un vaso vacío. Estas ganas de vivir resultan incompatibles con la decisión de haber muerto. -Estoy vacía y ya no me llena ni tu risa.-

Dime para qué, dime qué cojones piensas sacar de cada párrafo. Dime  tú, que yo ya no sé. O prefiero no saber. A día de hoy, de ayer, y de mañana, tan sólo busco huir de aquí, de ti. De atar. Los lazos se rompieron, ¿qué motivo te hace seguir sujetándolos? ¿Por qué sigues a mi lado si escapé de aquel abrazo en dirección contraria a mis sentimientos? ¿Por qué no vuelves a ser tú y coges puerta? Está abierta. Hazme un favor y lo que mejor se te da: escapa. Escapa tú porque yo ya no sé en qué dirección correr para no acabar en ti: todos los caminos llevan a Roma, recuerda. Pues algo así.


 Termina con esto. Y no olvides volver

No hay comentarios:

Publicar un comentario