la culpa fue mía por escoger suicidarme contigo…

miércoles, 19 de noviembre de 2014

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Nunca me fui porque quisiera irme. Me fui porque no había más remedio. Ahora sí que puedo asegurarte que es verdad eso que dicen de que, a veces, es peor el remedio que la enfermedad. 

De-bí-a    hacerlo. 

Tenía que dejar atrás tus manos para encontrar las mías de nuevo. Tenía que dejar tus ojos para ver con los míos. Tenía que olvidar tu risa para acabar riendo sin dolor. Tenía que dejar de sentir, convertir los sentimientos en vacío -existencial-. Tenía que tener una piedra bombeando bajo el pecho. Y justo es eso lo que he acabado consiguiendo.

Volver. Abandonándome mí a mitad de camino. Concluir en ti. De nuevo.  Por, desde y para. Ojalá pudiera prometerte eso. 

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