¿Qué quieres que te diga? Es increíble. Sí, lo sabes muy bien. Es impresionante el poder de convicción que tienes sobre mí, la forma en la que me haces sentir segura, la forma en la que, con tan solo dos palabras, me tienes a tus pies. De verdad, todavía me sorprende la táctica que tienes para enredarme en todo, para hacerme feliz y que de repente, aparezca tu otro tú y que te las ingenies para volver a mentirme, intentar desenredarlo todo y mandarlo de nuevo a la mierda. ¿Cuántas veces me ha podido pasar esto contigo? ¿Sabes? Perdí la cuenta. Lo peor es que no escarmiento, que siempre tropiezo con la misma piedra y que, cada vez, la herida que me produce, es más grande.
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