¿Olvido?

 Si te digo que no te he podido olvidar mentiría porque las tres o cuatro veces que he intentado sacarte de la cabeza no he podido hacer ni el mínimo esfuerzo para conseguirlo, formas parte de mí para bien o para mal y también, para bien o para mal sé que nunca podré dejar atrás del tirón todo esto pero al menos, poco a poco, lo iré intentando, te lo prometo. Pero antes de nada, quiero que tú también me prometas algo: prométeme que vas a ser feliz siempre y que poquito a poco, vas a ir olvidando tú también todos mis errores, mira, déjalo, me conformo con que me prometas que serás feliz, que todas las mañanas te levantarás con esa sonrisa tan bonita que tienes y que jamás se apagará el brillo que hay en tus ojos. Busca tu felicidad porque yo sé que, al fin y al cabo, la felicidad existe pero hay que saber encontrarla. Estés donde estés y estés con quien estés quiero que seas feliz. Tampoco pido tanto, ¿verdad? Por favor, hazlo por mí, o mejor dicho, hazlo por ti: nunca dejes de ser tú mismo, nunca cambies y nunca jamás dejes de sonreír, que las pocas veces que te veo quiero verte feliz. Quiero que sepas que aunque no te lo creas, siempre estaré ahí, siempre me tendrás a tu lado y siempre te intentaré ayudar aunque ya, eso de poco sirve.